MICRO-RELATO DE BOLSILLO
Un torbellino de claridad penetraba por la claraboya de mi viejo ático, dando la espalda a la oscuridad de la habitación, desperté con la sensación de haber vivido un sueño.
El encuentro no fue un accidente de la vida, ella eligió el momento y el lugar, apareció como un espectro fantasmal, de figura estilizada y largos cabellos, transmitía armonía por todos los poros de su cuerpo, me miro a los ojos y sin intercambiar palabra alguna me cogió mi mano llevándola a su corazón.
En el camastro de la habitación nos abrazamos, iluminada por unas cuantas velas y olor a incienso, el latido de nuestros corazones se sincronizaron como preámbulo iniciatico.
Como en baile de Salón nos fusionamos entre sacudidas interminables en un circulo milagroso donde las fronteras de nuestros cuerpos se mezclarón en comunión con la existencia, disueltos en un mar de luz, vibrante y vivo amanecer.
-Habrá sido un sueño o no, pero siempre lo recordare hasta mi ultimo aliento.
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