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LA HERENCIA

Estoy sentado en el diván de un soberbio despacho del renombrado bufete Montalban&Cia, han pasado los veinte años dictado en testamento de mi difunto padre, veinte años se dice pronto pero la espera valdría la pena, y saber que heredaría una gran fortuna.

La sola idea de este día me daba las fuerzas para superar los muchísimos altibajos y tropiezos que tuve que lidiar, pero recordaba que todo lo penado tendría su fin, la paciencia se hizo un mantra para esos momentos tan desoladores.

Con voz grave el Albacea empezó a leer el testamento.

- A mi querido hijo Alvaro, has tenido que esperar por veinte años para saber la cuantía, el bien más preciado, la herencia familiar, pero hijo mío debes saber que todos estos años has estado dando uso de ella, el mismo legado que me ofreció mi padre, "La Esperanza"

- La Esperanza es la que me hizo seguir respirando aun cuando la presión de la vida me estuviera asfixiando.

                                                              FIN

 

 

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