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“Ad galli cantus” El Canto del gallo (Cuento de Navidad )

Como cada Nochebuena las calles se vacían y el silencio es solo roto por los atronadores petardos, para la diversión de chiquillos y el disgusto de los animales domesticos.

Linda, la perrita de Teresa tiembla bajo la mesa camilla donde Natividad, la madre de Ernesto se encuentra ensimismada mirando el plato de sopa ya casi fría.

- ¿Mama no quieres más sopa?

- Te estamos esperando, es casi la hora de marcharnos a la parroquia para la Misa del gallo.

El rostro de la octogenaria se ilumina al oír esas palabras y una mueca dibuja una serena sonrisa, dando a entender alzando las manos que no quiere más sopa.

Salen del portal entonando un popular villancico, entrelazan todos sus brazos, ocupando toda la calle en dirección a la parroquia. 

Ernesto acerca su hombro al de su madre en muestra de cariño, porque sabe la importancia de esta festividad para ella.

Son los momentos de mayor lucidez de Natividad y una alegría para toda la familia, una tregua que por unas horas el "alzhéimer" les brinda.

                                    “Ad galli cantus”   

                                    El canto del gallo.

 

 

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