Llegué a casa después de varias horas de hacer cola ante la única farmacia que tenia aún el esperado medicamento, el que todo el mundo codiciaba. ¡Gracias a dios! ¡Ya era mio! Sentado en el sofá con la caja entre mis manos, ya no seria el mismo ni lo mismo. Adiós a los días grises, fuera de mi vida la monotonía y la desesperación. Trague la pastilla con ayuda de un poco de agua, ya estaba echo, tan solo quedaba esperar. A la mañana siguiente... ¡Todo es realmente nuevo! ¡Por fin! El medicamento había echo su efecto.
SI ES BUENO VIVIR, TODAVÍA ES MEJOR SOÑAR Y MEJOR DE TODO DESPERTAR