Miguel desenvolvió la última figurilla y la colocó con mucho cuidado en el Belen, en eso que Pablo su nieto tiro de su chaqueta para llamar su atención. - ¡Abuelo! ¡Abuelo! cuéntame otra vez lo que le paso al camello de Melchor. El abuelo cogió del Belen al rey Melchor montado en su camello y se acomodó en el sillón orejero y mirando a su nieto, dulcemente inició el relato. Érase en un país muy lejano que tres Reyes Magos montados en sus camellos se dirigían, guiados por una estrella... En ese instante retorno a su niñez, tendría unos siete u ocho años, era e l primer domingo de diciembre, el día que por tradición decorában la casa con los motivos Navideños y ponian el Belen, su padre descubrió que la figura del rey Melchor partida en dos, el camello había perdido sus patas para su disgusto, con el cariño que les tenía a todas las figuras, herencia de su familia. Un gran desconsuelo me asalto al ver rota la figura de mi rey preferido, llegaría ...
SI ES BUENO VIVIR, TODAVÍA ES MEJOR SOÑAR Y MEJOR DE TODO DESPERTAR