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El trotamundo

 Meee estoy danndooo cucuenta en éste viaje por los cacacaminos secuundarios qué escribirte supopone uuun desastre los bacheeees, cuuuurvas y pendientes soooon incompatible cooooon miii buen haaaceer.

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Entradas populares de este blog

UN MUNDO AL REVES

Nana de la cebolla

A lágrima viva, caen por mis mejillas, son lagrimas saladas, saladas como la mar. No son de penas, ni de tristezas amargas, son lagrimas saladas, saladas como la mar. Tampoco son de alegrías, ni de fiesta de guardar, son lágrimas saladas, saladas como la mar. Solo tengo una certeza, no se sabe llorar si no partiste cebolla y no lloraste de más, las lagrimas son saladas, y no las hizo la mar.    

A mi Betty

  Corre, corre, corre en la hierba fresca. Salta, salta, salta a mis brazos. Duerme, duerme, duerme entre mis brazos. Sueña, sueña... mi pequeña princesa.

Agua de rio

Agua de rio, agua y piedra y brisa fresca. Acariciaba los cuerpos en la ribera del rio. Agua pura.  Qué febril la mirada del deseo. Agua y piedra, como ser... el agua, la piedra y rio. 

Cuéntame

Nunca guardo ni ahorro, hablo en alto mis silencios, bebo de ríos y arroyos y en charcos sucios los baños. Camino de espalda y a veces a saltos, de cabeza en cabeza sobre sacerdotes y santos. Los zapatos los malgasto por andar cabeza abajo, mirando el firmamento arriba y el infierno hacia abajo. No esperó que lo comprendan ni que hagan penitencia, las palabras se las lleva el viento, como el cuento de María Sarmiento.  

Haiku

A los almedros, solos en calles vacias. Nadie contempla

Sombras

  En la espalda llevo el mal cabalga sobre mis perjuicios en una esquina miro y jucio y con en las manos sostengo  el látigo de mis lamentos. ¡Qué es mí mal! Si no desidia y olvido. ¡Y tú mal! Sombras de lo divino.

             Perfumada de ambrosía                 y de tacto terciopelo                 lacada de blanco nácar             el sueño del jardinero.

Estás a mi lado

Aún en las soledades del alma  o en los desiertos nublados siempre... Estás a mí lado. Sombras eres de mí espíritu  carne de mi carne El aliento qué me respiras  y el candil de mi camino. ¡No! ¡No! ¡No! No hay soledad  estando contigo.