MICRO-RELATO DE BOLSILLO
¡Advertencia!
A los que lean y vean este Relato el autor no se hace responsable de las posibles consecuencias que puedan ocasionarles.
Quisiera contaros la historia de un cuadro mejor dicho de un cuadro mágico o maldito según se vea.
Un domingo de invierno de paseo por el tumultuoso Rastro de Madrid, en una de tantas tiendas de antiguedades, nos paramos a echar un vistazo a las piezas expuestas desordenadamente por aquel local, entre tanto desorden estaba un cuadro medio tapado por una polvorienta sabana, en eso que un viejo encorbado nos saludo amablemente y destapando el cuadro que observamos nos empezó a comentar la antiguedad que tenia y su procedencia.
El amable anciano explico que hace muchos años dos brujas de la comarca alpujarreña que eran rivales en sus artes, tenían atemorizados a todos los aldeanos de la comarca.
Ante tantos despropósitos de las brujas, los aldeanos se reunierón para ver como terminar con los hechizos y maldiciones que tanta desgracia estaban ocasionando entre los convecinos.
Por unanimidad decidieron contratar los servicios de un Sabio Ermitaño para desacerse de las brujas.
El Ermitaño les pidió que le proporcionaran un lienzo, pintura y pasado un mes fueran a su cueva.
Pasado el mes fueron al encuentro del ermitaño, les entrego un pequeño cuadro, diciéndoles que su problemas con las brujas estaba ya resuelto.
Pero les advirtió que el cuadro siempre debía mirarse por poco tiempo porque tenia el poder de trasladarte dentro del, donde el tiempo no tiene fin.
Esta es la historia de este cuadro, el anciano nos miró a los ojos diciendo...
¡Este es el Cuadro!
¡Quieres mirarlo!
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