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UN DUENDECILLO EN CASA

 

MICRO-RELATO DE BOLSILLO


 

Nos hemos decidido por fin después de tantos años a salir de la casa, que heredamos de los abuelos. 

¡ No aguantamos más ! 

Las fechorias,  trastadas,  ruidos,  golpes, sustos y el constante mal humor de Rasputín, el Duende que nuestros queridos abuelos nos dejaron con la casa.

Al amanecer y sin hacer ruido, cogimos lo mas esencial y salimos muy despacio hacia la calle, para alejarnos lo más lejos posible de aquel lugar.

Habríamos andado como cincuenta pasos, cuando a lo lejos una pequeña figura que sostenía algo entre sus manos y gritaba;

¡Ya voy!

¡Ya voy ! 

¡Ya voy !

¡ Familia que os Olvidáis el Cebrerete* de las ollas !

 

*Estructura de hierro para poner las ollas en el fuego.

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